Guerra de desgaste por territorios del Narco

Aunque nuestra generación está acostumbrada a la existencia de naciones-estado, con límites territoriales definidos y reglas aceptadas en un consenso casi generalizado, en realidad esta situación históricamente se puede considerar como la excepción, mas que la regla. Existen aún el la actualidad territorios que escapan a la estructura de organización pública tradicional y que se rigen aún  por la regla del más fuerte. Un caso notable en el contexto actual es la ocupación de territorios por medio de la guerra con intereses económicos, tales como los observados en medio oriente por grupos terroristas como DAESH/ISIS o los cárteles mexicanos de la droga.

Ambos grupos delincuenciales se caracterizan por obtener una parte de sus ingresos de la obtención de «plazas» en ciertos territorios, de los cuales pueden obtener ganancias por operaciones como extorsión y secuestros. En México, existen zonas en las cuales la «pertenencia» de la plaza está bien definida, sin embargo, hay otras que permanecen en conflicto y cuyo estado sólo se estabiliza tras una «guerra de desgaste» entre ambas organizaciones. Esta acción significa costos para los dos, y dependiendo de sus capacidades e interés de la plaza se dará la guerra.

La predicción de los efectos de una guerra de desgaste entre grupos criminales, puede ser útil para organismos gubernamentales con interés en restablecer la paz en las zonas de conflicto, con la ayuda de información económica.

Para el análisis de este problema podemos recurrir a un modelo de tipo Lanchester, usado para contextos de guerra y que en economía suele ser usado para analizar problemas de gastos óptimos en mercadotecnia. Haremos uso de teoría de juegos para encontrar los gastos de los cárteles, y, asumiendo racionalidad en el uso de sus recursos, encontraremos el gasto que deberán hacer en un «equilibrio de Nash», bajo un modelo en el que la posesión del territorio es una variable dependiente del tiempo definida por una ecuación diferencial que depende del gasto en guerra de los cárteles que disputan la plaza.

(Continuará…)

Cárteles y el precio del petróleo

El mercado del petróleo es altamente complejo. Esto se debe a que su extracción requiere de mucha tecnología y de conocimientos especializados, que impiden que cualquier persona sea capaz de explotarlo adecuadamente o de simplemente aprender a hacerlo a la brevedad. Otra razón que lo complica es que la forma en que cada país lo administra difiere y la forma en que se distribuye no lo hace más fácil.

A esto hay que añadir la existencia de cárteles, como la OPEP, que se encargan de regular el precio manteniendo la producción a niveles inferiores a los que se extraería el hidrocarburo de manera natural. El problema es que estas negociaciones podrían no estar haciendo el cálculo correcto en el que los países no tengan incentivos a desviarse del acuerdo, o bien, las circunstancias con las que el acuerdo se realiza podrían cambiar a lo largo del tiempo.

Esto es lo que sucede en la actualidad, con Venezuela al borde de un colapso económico y político, su necesidad de fondos le hace imposible querer mantener las ventas por abajo de lo pactado. En la literatura de teoría de juegos, es posible encontrar como un fenómeno muy común que la desviación de uno de los agentes de la colusión suele significar que los demás agentes prefieran salir del acuerdo y realizar coaliciones menores o bien, trabajar solos. El que se mantenga la confianza en el acuerdo suele ser importante, y, si bien en ocasiones se permiten niveles bajos de desviación, una salida tan flagrante de la cooperación suele hacer que el resto de los miembros se desbanden.

En consecuencia, cada agente está viendo por sus propios intereses en la actualidad. Medio oriente está produciendo mucho, y será aún más con la entrada de Irán tras el levantamiento de sanciones. Estados Unidos, país que tradicionalmente solía acumular reservas, se encuentra vendiendo su petróleo a refinerías en Europa, pues su oferta está excediendo enormemente su demanda, incrementada con el Fracking. A todo esto hay que sumarle los territorios de los que se apropia DAESH, cuyos ingresos provienen del petróleo, además de los negocios del territorio (véase este reportaje), ellos no tienen incentivos para regular su nivel de producción.

Además, la demanda ha disminuido dramáticamente: la desaceleración de China es un factor importante, y el auge de energías alternativas en Europa es otra (yo le daría mas peso a China, pero no he visto las cifras, si alguien las tiene y las gusta comentar, se agradece).

Los efectos de la caída del petróleo son diversos y conocidos y no serán discutidos en el texto presente. Las interrogantes que este tema presenta conciernen a investigadores en teoría de juegos alrededor de los niveles de producción que podrían generar una coalición estable.

 

 

Referencias:

https://www.researchgate.net/publication/287214861_Sustainability_of_Cooperation_in_Dynamic_Games_Played_over_Event_Trees_A_tutorial

Teletransportación, identidad y filosofía.

Por algún tiempo, yo era de la opinión de que si en mi tiempo de vida se llegara a inventar la teletransportación yo sería de aquellos ancianos renegados -porque no espero que se invente durante mi tiempo de juventud -que se negaría rotundamente a usarla. Me veía montando un viejo Jet que ya casi nadie usaba, con otros ancianos renegados igual que yo y con mis nietos reclamándome mi necedad.

La cuestión está en la continuidad de la conciencia. Se han teletransportado ya pequeñas cantidades de materia (en específico fotones, en lo que se le llama teletransportación cuántica. Véase artículo) y se presume que la materia que se transporta es exactamente la misma. En el caso, hasta el momento fantasioso, de que se logre hacer algo así con materiales mas grandes a un costo razonable (a mi pobre entendimiento del tema, se requiere hasta el momento de superconductividad y eso requiere de muchísima energía.), no sería como muchos lo imaginan, que aquella máquina reconstruyera al material o persona en otro lugar, destruyendo al original. En teoría, una teletransportación correcta significa que cada célula del cuerpo se replica en otro lugar alternativo.

Si la reaparición en el otro lugar no es instantánea para todos los componentes, entonces evidentemente habremos muerto y vuelto a la vida entre nuestra desaparición y reaparición. Pero el problema persiste aún cuando sea una reaparición instantánea dado a que la conciencia no está siguiendo un mismo hilo de continuidad. Si, es el mismo montón de materia orgánica y en teoría las redes neuronales están acomodadas en la misma forma exactamente, por lo que todas las memorias persisten. A menos de que sea con portales, muy probablemente me verán resistiéndome al medio. No tendría problema en mandar correspondencia teletransportada.

El hombre que aparece del otro lado de la teletransportación es el mismo que yo?. Esto es algo parecido al problema de la paradoja de Teseo. Pero me he empezado a reconciliar con la idea, incluso antes de que dicha tecnología se vea en puertas, considerando que la continuidad de la conciencia se pierde a diario cuando vamos a dormir. Personalmente, preferiría no tener que dormir y aún no comprendo el sentido evolutivo de esta actividad, pero estoy consciente de que no existen garantías de que el hombre que despertó hoy por la mañana es el mismo que fue a dormir anoche. Hasta donde yo se, bien podrían haber intercambiado todas las partes de mi cuerpo y plantado memorias falsas hasta hoy.

Esto, extrañamente, me hace sentir mejor. Mas tranquilo con la idea. Ojalá que al lector también le cause mas tranquilidad pensar que cada día nacemos y cada día morimos. La muerte -es decir, la no-conciencia -es algo muy familiar para todos nosotros.